Después de la tormenta ... tú.

   Motivos, razones y sabores, canciones e infinidad de emociones, esto comenzó de la nada y quién imaginaría que se convertiría en mi todo.
Tus ojos preciosos, tu boca perfecta, esas manos que me acarician con fineza y dulzura, no cambiaría vida mía por nada del mundo tu armadura.
Tu armadura mi fiel caballero, esa ternura tan tuya, la misma que escondes tras esa mirada dura y despistada.
Nadie imagina en quien te conviertes al cerrar la puerta, nadie imagina la pasión con la que me besas, la ternura con la que me miras y la sutileza con la que me haces el amor.
Y es que vida mía le falta fuerza al viento para frenar lo que yo siento, le sobran agallas a este corazón para amarte hasta perder la razón, le bastan unas horas al día para que te aparezcas y me cambies la mueca por sonrisa.
 -       Mónica García, 2014.

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