Se va o se queda?

Se escapa con el humo el momento de tenerte frente a frente y tu te comportas tan indiferente que me indigno demostrándolo cerrándole las puertas al presente. 
Se escapa con el humo el deseo de quererte aunque a diario me persigue ese ente del recuerdo que me llena poco a poco la cabeza con sollozos y no dejo de nombrarte aunque estés ausente. 
Se esfuma con el viento el amargo sufrimiento y comprendo a ratitos que lo que no fue no tenía razón de ser. 
Corre tan rápido ante mi el momento aquel de el sublime encuentro entre el ser que miras al espejo y este ser que te escribe día con día noche con noche, corre tan rápido que ya no hago nada por perseguirlo, porque se dentro de mi que siempre vuelve como vuelves tu, como vuelven las ganas, como vuelve el deseo y se planta en mi ventana cantando un himno que es de dos que es de vos que es tan mío mas aun que mi propia voz. 
Se instala ante de mi de nuevo ese gozo que termina con un eterno reposo en los brazos del dolor para recordarme que siento tanto lo que paso y que hiere tanto la despedida que mejor me la guardo para cuando en verdad quiera decir adiós. 
Se columpia en mi vientre vibrante esa sensación de querer sentirte de nuevo aquí aunque sea un momento... pero eterno. 
Tan eterna como mi paciencia, tan infinita como tu mirada, tan plena como mi inmensa conciencia de saber que los deseos que se anhelan con ferviente amor se cumplen un día al despertar. 
Tan cierto como es reconocer que sin ti esto no seria real, tan verdadero como asegurar ante cualquier persona que nadie tuvo tanto poder en mi como tu, que nadie hizo nacer y crecer tantas cosas en mi interior que desembocaron en letras plagadas de arte y que agradezco infinitamente el momento en que te observe de verdad porque fue entonces cuando pude conocer en mi algo completamente desconocido y que jure no había nacido jamás en mi.